Parece frase de cartón, pero es mas vigente que el clima.
En el tema de los vuelos virtuales, surge esa primera vez, con la simple curiosidad que nos invade al ver el paso, allá en las alturas, de un avion que dibuja un par de líneas paralelas en el cielo azul.
¿A donde irá? ¿A que altura está? ¿Cuál es su velocidad?...... "¿Qué se sentirá ir ahi, a bordo?".
Si alguna vez, usted se hizo esas preguntas, basta a veces tan solo una de ellas, quizá haya un avión en su futuro, no importa que ese avión esté fabricado con píxels, en lugar de aluminio.
Creo que desde niños, a alguno de nosotros nos invadió un intenso deseo de volar. Vimos entonces, después, una serie de películas, series de tv, cómics, etc., que recreaban esa actividad tan particular de los pilotos, tanto civiles como militares. Era imposible no llegar apreguntarse, muy en el fondo: "¿Yo también podría hacerlo?".
En mi caso, fue desde siempre. Ignoro la fecha, pero al niño que alguna vez fui, siempre le acompañaba un avión en dondequiera que estuviese. Uno de los mejores regalos de cumpleaños que recibí, fue el de una maqueta de la cápsula Mercury que producía en aquel entonces Revell Lodela (no se si aún exista esa marca). Obvia decirse que no solo la armé totalmente, sino que la convertí en un ícono personal. No era un avión, pero en el mundo real (y fui testigo contemporáneo) la vi llegar al espacio, junto con todas las naves que hubo mas tarde.
Era inevitable. Yo debía tener un avión.
Hace tiempo, escribí a una de esas pages ubicadas en EEUU, donde se venden aviones usados. El avión que me gustaría comprar, si tuviese los recursos necesarios, es un Beechcraft Barón 58TC. Un excelente turbohélice bimotor. Pero al saber el precio, de mas de 600 000 dólares... supe que no es muy probable que en lo que me resta de vida llegue a tenerlo. Al menos, ese, el que fue fabricado por Raytheon y que es un paladín de los aires.
Pero, oh!, milagro de la tecnología y de los simuladores. Resulta que a pesar de todo, sí tengo mi hermoso y ágil Beech en el hangar, a mi disposición, listo para volar, con los estanques llenos de combustible y si lo deseo, hasta con un sol radiante en el cielo y buen viento. Y de ahi, a donde nos lleven las alas y los deseos de conocer más mundo.
He piloteado mi Beech, decenas de veces (serían...centenas de veces??) y la verdad, nunca me ha decepcionado. Se pilotea bien. Sus dos motores en su carenado clásico en forma de caja responden con facilidad. Los alerones se comportan bien y los controles son dóciles. Se ve de inmediato que es un avión al que "le gusta volar".
Si... ya se, ya sé.
Más de uno, se ha de reir de mis apreciaciones. Más de uno, de esos que se precian de tomarse la vida taaan en serio, dirá que me veo muy estúpido, a mi edad, hablando así de un simple juego.
Su gran equivocación, es que los simuladores de vuelo no son juegos. ¿Acaso no saben que los pilotos de las líneas aéreas, antes de subirse a un aeroplano, pasan muchas horas "jugando" (entrenándose) en un simulador? Pregunten a las compañías aéreas cuánto se ahorran en aviones dañados por pilotos que van aprendiendo a volar.
Tuve una primera vez, ante el timón de un avión... y tuve mi primer despegue, mi primera caída y mi primer aterrizaje. Tuve minutos de nervios y de placer. De sorpresa y de alegría. He tenido y sigo teniendo muchos momentos de "primera vez", cuando instalo un avión diferente y pruebo a ver qué puede hacer, hasta dónde puede llegar. Cuando instalo un nuevo escenario, lo recorro como cuando uno se compra una casa nueva y quiere saber hasta cómo fue construída.
En el vuelo virtual, créanme, "la primera vez", se vive tantas veces como uno desee. Y nunca queda uno defraudado.
No se si de verdad jamás podré comprarme el Beech de aluminio. Por ahora, el que tengo en mi pc, fabricado con píxels y con motor de MSFS, me funciona muy bien... y vieran que tan lejos hemos llegado!!!
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