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PILOTOS O AERONAUTAS

Decíamos que lo que nos importa a muchos pilotos virtuales es el deseo de volar.

Los ambientes que envuelven el vuelo civil o el militar difieren en el tipo de aviones y misiones. Mientras unos combaten, los otros van de aeropuerto en aeropuerto. Podría parecer que ir tranquilamente en un Jumbo 747 del Aeropuerto Internacional JFK en EEUU al de Orly en Francia no debería tener mayor índice de emotividad que el manejar un mastodonte de 226 toneladas. Y más aún, si tomamos en cuenta que el Jumbo viene equipado con computadores que controlan y regulan una infinidad de operaciones del vuelo mismo. Pero evidentemente esa apreciación es muy incompleta.



Si lo comparáramos contra un Lancaster III, Británico, bombardero cargado con 14 bombas de 1000 libras cada una, que además transita por un aire plagado de antiaéreas, con Me109´s alemanes zumbando a su alrededor y con el objetivo de derribarlo, (ambos, bombardero y caza, de la época de la WWII), pues como que la cosa se ve más emocionante aquí, ¿cierto? Sí y no.

Hablar del por qué uno “es mejor que otro” o que “vale la pena mas una misión de combate que una de vuelo civil”, es entrar a polémicas que no son nuevas entre pilotos. Ya Richard Bach, un piloto al que admiro mucho porque además es un excelente escritor (Juan Salvador Gaviota, Ilusiones), nos relata en sus libros acerca de las discusiones que había entre “pilotos” y “aeronautas” hará unos 70 años.

Hasta donde le entendí, “piloto” es aquel individuo que era capaz de llevar bien un avión de un aeropuerto a otro (generalmente pilotos de línea) y “aeronauta” era aquella persona que se aventuraba a volar todo aquel aparato que tuviera alas o que incluso sin tenerlas (globos, dirigibles) igual servía para viajar por el aire.

Richard manifestaba un evidente desdén hacia los pilotos de línea, porque los sentía muy fríos, sin mayor mérito que el de saltar de avión en avión y de aeropuerto en aeropuerto, y sujetándose a normas que consideraba a veces un tanto estúpidas (recuérdenme que les cuente después acerca de los “planes de vuelo”). Eso, sin dejar de narrar en uno de sus libros, las peripecias que vivió cuando alguna vez decidió probar a convertirse, precisamente en piloto de línea, cosa que terminó por descartar... por su negativa a cortarse el cabello bajo la norma que las empresas aéreas exigen.

Habiendo hablado con pilotos (prefiero usar este nombre tanto para aeronautas como pilotos de línea) que están a su vez inmersos en el mundo de la aviación real y que tienen como pasatiempo el de volar aviones de píxels, no me he encontrado con esta polémica, quizá porque actualmente son muy pocos los aviones o vehículos que permitan experimentar lo que vivían los aeronautas, y que además estén al alcance de más personas, quizá exceptuando los ultraligeros.

Quienes tenemos la oportunidad de accesarnos a una enorme cantidad de aviones virtuales diferentes, vivimos, sí, la sensación del aeronauta, que prueba alguna vez un Jumbo, pero al mismo tiempo toma los controles de un viejo Bell 47, el primer helicóptero civil funcional, o hasta se atreve con el Sky Car,

un moderno vehículo que estuvo en fase de prototipo en el 2002 y ahora se puede comprar con unos cientos de miles de dólares y que ha probado cierta eficacia y que no es otra cosa que... un auto volador propulsado por cuatro turbohélices de eje rotatorio que lo impulsan vertical y horizontalmente.

Este Sky Car, de Moller existe en la vida real, y lo vi la primera vez, antes de volarlo en el simulador, en un programa de Discovery Channel e inmediatamente desee poner mis manos en sus controles, que por cierto, no son nada que no se vea en cualquier panel de avión. Quizá lo único que no me gustó, fue que el sonido de esos motores.. parecen una parvada de mosquitos de 100 kilos cada uno.

Pero entonces, ¿piloto?, ¿aeronauta?, ¿vuelo civil o militar, o de experimentación?

Las propiedades actuales de los distintos simuladores, llámese Aces High, o FS9, o el ILS2, Falcon, etc., todos ellos nos brindan la oportunidad de pilotear, de vivir más de una emoción diferente, de saber qué se siente manejar no uno, sino decenas de aviones y olvidarnos de polémicas.

Como dije antes.. aquí lo importante es volar.

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