martes

COMO LOS EXTRAÑO...


Por estos días me encuentro imposibilitado de acceder a los cielos virtuales. No expondré las causas, que obedecen a una situación muy personal. Pero lo que sí quiero expresar es lo siguiente:

Los extraño. Así, es, extraño los colores del cielo a 6 mil pies de altitud, y el ronronear de los motores de mi Beechcraft. Aunque lo tengo aqui, a menos de dos metros de distancia, no he empuñado el stick hace semanas y cuando le limpio el polvo, con un trapo limpío y suave, los recuerdos se agolpan en mi mente.

Si tan solo mis instrumentos hablaran, qué no dirían respecto a los lugares que hemos sobrevolado, las montañas que han sido acariciadas por la sombra de las alas y los mares que hemos visto espejear al atardecer.

En mi estudio hay una frenética actividad en estos días, resolviendo problemas de audio respecto Punch!! FM y su nueva fase, que me saca ya canas verdes por situaciones que no he aprendido a resolver aún. Y en esta misma computadora, donde tengo instalado el FS9 están tambien los programas que le dan vida a mi audioblog. Y por tanto, tengo que decidir y decido: Por el momento el audio, que es lo que nos permitirá seguir adelante en el futuro. Y de alguna manera es la razon por la cual he posteado poco en los últimos tiempos. Pero no porque ya no haya más mundo que recorrer sino porque las prioridades, me guste o no, apuntan a que hay que darle de comer al cuerpo, además de al espítiru. En fin, será lo que será.

Pero no dejo de extrañar mis aviones de píxels, y el rugir de los motores del F16, o la increíble maniobrabilidad del Eurofighter, el suave murmullo de mi viejísimo pero confiable Spad, del que he relatado algunas aventuras en Viajeros Virtuales.

Aunque parezca increible segun la concepción del mundo de algunos seres humanos, en el Siglo XXI hay hombres que añoran puntos luminosos en la pantalla de sus PC. Lo que estas personas no pueden comprender es cómo nos hemos ayudado de esos puntos luminosos, píxels, que organizados bajo un programa y una serie de comandos, forman horizontes, nubes y vientos, motores, tierra, rios, montañas rocosas y encima de todo ello, aviones que obedecen nuestros mandos para llevar paz a nuestra alma cuando hemos necesitado de un rato de libertad extra o de unos minutos de emociones conduciendo un invento virtual, ya que no tenemos el dinero para comprar uno real. Pero como la vivenvia es prácticamente la misma, igual los amamos y extrañamos al no poder dedicar unas horas a volarlos.

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