Cuando uno mira material como estos videos y se va profundizando en lo que ha sido este megaproyecto de 10 000 000 000 (diez mil millones) de Euros, en el que han intervenido durante varios años miles de personas altamente capacitadas y cientos de empresas con la tecnología más avanzada en el mundo de la aviación civil, no hay manera de quedarse en el plano superficial de las cosas... a menos que se esté altamente farandulizado.
Me ha dado pena ver cómo medios locales han tratado la información respecto al Airbus A380, que ayer, pasadas las 14 horas partió desde Santiago rumbo a Toulouse, Francia, después de estar cinco días en la FIDAE (Feria Internacional del Aire y el Espacio) 2008. Ver a conductores de noticieros y programas de TV, profesionales muy bien pagados, trastabillar a la hora de comentar acerca de este avión, me han hecho saltar del asiento más de una vez debido a la pobreza de información previa que estas personas adquirieron para hacer sus comentarios y después, por la manera de expresarla. Porque calificar, entre otras cosas a este Airbus como una "ballena voladora"... bueno, pues qué les puedo decir. Digo, son gente profesional que gana muy buena plata. Podrían darse el tiempo e informarse un poquito mejor acerca de lo que van a hablar y que no conocen. No se puede improvisar ante una cámara en vivo, con semejante desparpajo. Y ojo: se de lo que hablo. Tengo una carrera de 25 años como locutor profesional titulado, animador, productor y otras cositas.
Pero más allá del folklore con el que ha sido tratado, quedándonos con la información que nos proporciona esta serie de videos, podemos pasar a imbuírnos de algunos aspectos positivos. Por ejemplo, en esta segunda parte, me llama la atención la serie de entrevistas a varios de los ingenieros, técnicos y pilotos que hicieron posible que hubiese una primera vez que al A380 levantara el vuelo. Ver la pasión con la que hablan de su trabajo, de su labor de equipo, de la manera como fueron resolviendo cada uno de los problemas que se fueron presentando; el cómo y por qué diversos planes de ensamblaje y montado de piezas modificaron calendarios y metas y sin embargo cumplieron compromisos hasta llegar al día de la presentación oficial y después el vuelo inaugural, todo esto, no puede menos que darnos lecciones de cómo se deben hacer algunas cosas. Uno se queda viendo y dice: "Estos hombres aman su trabajo, por eso son grandes". No cualquier grupo humano deja sus vacaciones anuales de lado, por seguir con un proyecto.
Y lo digo en el seno de una sociedad en la que aún se piensa demasiado en el pasado y se mira el futuro bajo las presiones de un presente que podría ser más halagüeño si nos dedicásemos más a trabajar y producir que a quejarnos de las horas de labores diarias. Paises que hace no mucho tiempo estaban en ruinas, después de una gran conflagración mundial, resurgieron de sus cenizas, se lavaron las heridas, dejaron el pasado en el pasado y se pusieron a hacer lo que debían: trabajar de manera eficiente. Y ahora desarrollan esas maravillas, que cuando las vemos fotografiadas en revistas, diarios, en los noticiarios de la TV o en Internet, podríamos sentir que son de otro mundo, producto de algo que está demasiado lejano a nosotros. Cuestión de actitudes.
Tomando como referencia lo que he dicho acerca de esos profesionales de los medios que se quedaban como atontados segundos antes de atreverse a comentar acerca del A 380, uno comprende entonces varias cosas. Entre ellas, el cómo en realidad algunos se sienten tan alejados de estos avances tecnológicos que no tienen idea de cómo tratarlos y presentarlos a sus auditorios. No me extraña que cuando viene un portaaviones clase Nimitz a Valparaíso, los diarios se ocupen más de las reacciones de las chicas ante el personal de la nave. Y se que el público no es tonto. Más de uno debe haber captado lo que aquí afirmo y se debe haber preguntado: ¿Cómo dice que dijo?
Volvamos a lo nuestro. Esta segunda parte de la historia del Airbus A380 es realmente apasionante. Al igual que el anterior, dura 45 minutos, asi que venga con tiempo, y como me dijera una amiga en un foro al que asisto con alguna frecuencia: unas bebidas, pop corn, un "sanguchito" y en familia, disfrute de esta serie que no tiene un solo minuto de desperdicio.
Me ha dado pena ver cómo medios locales han tratado la información respecto al Airbus A380, que ayer, pasadas las 14 horas partió desde Santiago rumbo a Toulouse, Francia, después de estar cinco días en la FIDAE (Feria Internacional del Aire y el Espacio) 2008. Ver a conductores de noticieros y programas de TV, profesionales muy bien pagados, trastabillar a la hora de comentar acerca de este avión, me han hecho saltar del asiento más de una vez debido a la pobreza de información previa que estas personas adquirieron para hacer sus comentarios y después, por la manera de expresarla. Porque calificar, entre otras cosas a este Airbus como una "ballena voladora"... bueno, pues qué les puedo decir. Digo, son gente profesional que gana muy buena plata. Podrían darse el tiempo e informarse un poquito mejor acerca de lo que van a hablar y que no conocen. No se puede improvisar ante una cámara en vivo, con semejante desparpajo. Y ojo: se de lo que hablo. Tengo una carrera de 25 años como locutor profesional titulado, animador, productor y otras cositas.
Pero más allá del folklore con el que ha sido tratado, quedándonos con la información que nos proporciona esta serie de videos, podemos pasar a imbuírnos de algunos aspectos positivos. Por ejemplo, en esta segunda parte, me llama la atención la serie de entrevistas a varios de los ingenieros, técnicos y pilotos que hicieron posible que hubiese una primera vez que al A380 levantara el vuelo. Ver la pasión con la que hablan de su trabajo, de su labor de equipo, de la manera como fueron resolviendo cada uno de los problemas que se fueron presentando; el cómo y por qué diversos planes de ensamblaje y montado de piezas modificaron calendarios y metas y sin embargo cumplieron compromisos hasta llegar al día de la presentación oficial y después el vuelo inaugural, todo esto, no puede menos que darnos lecciones de cómo se deben hacer algunas cosas. Uno se queda viendo y dice: "Estos hombres aman su trabajo, por eso son grandes". No cualquier grupo humano deja sus vacaciones anuales de lado, por seguir con un proyecto.
Y lo digo en el seno de una sociedad en la que aún se piensa demasiado en el pasado y se mira el futuro bajo las presiones de un presente que podría ser más halagüeño si nos dedicásemos más a trabajar y producir que a quejarnos de las horas de labores diarias. Paises que hace no mucho tiempo estaban en ruinas, después de una gran conflagración mundial, resurgieron de sus cenizas, se lavaron las heridas, dejaron el pasado en el pasado y se pusieron a hacer lo que debían: trabajar de manera eficiente. Y ahora desarrollan esas maravillas, que cuando las vemos fotografiadas en revistas, diarios, en los noticiarios de la TV o en Internet, podríamos sentir que son de otro mundo, producto de algo que está demasiado lejano a nosotros. Cuestión de actitudes.
Tomando como referencia lo que he dicho acerca de esos profesionales de los medios que se quedaban como atontados segundos antes de atreverse a comentar acerca del A 380, uno comprende entonces varias cosas. Entre ellas, el cómo en realidad algunos se sienten tan alejados de estos avances tecnológicos que no tienen idea de cómo tratarlos y presentarlos a sus auditorios. No me extraña que cuando viene un portaaviones clase Nimitz a Valparaíso, los diarios se ocupen más de las reacciones de las chicas ante el personal de la nave. Y se que el público no es tonto. Más de uno debe haber captado lo que aquí afirmo y se debe haber preguntado: ¿Cómo dice que dijo?
Volvamos a lo nuestro. Esta segunda parte de la historia del Airbus A380 es realmente apasionante. Al igual que el anterior, dura 45 minutos, asi que venga con tiempo, y como me dijera una amiga en un foro al que asisto con alguna frecuencia: unas bebidas, pop corn, un "sanguchito" y en familia, disfrute de esta serie que no tiene un solo minuto de desperdicio.
Nota: Gracias a Danizia por permitirnos el acceso a estos videos.
PARTE II
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