Nací seis meses antes de que se iniciara la Carrera Espacial con el lanzamiento del Sputnik el 4 de octubre de 1957. El interés por el tema lo heredé de un tío al que recuerdo cariñosamente, Don Miguel Luna Vera, (curiosamente, sus apellidos podrían traducirse a "Luna Verdadera").
Siendo un pequeño, este hombre me tomaba en sus brazos y me sentaba en sus rodillas cuando terminábamos de comer y se ponía a contarme lo que acababa de saber: que si los Estados Unidos acababan de lanzar una cápsula Mercury, que si los rusos iban a enviar a la primera mujer al espacio, que Gagarin -el primer hombre en orbitar el planeta- había muerto en un accidente de aviación, que si llegaríamos a la Luna. Yo me quedaba asombrado por lo que el buen tío me narraba y en la mente de ese niño las imágenes danzaban una tras otra.
Viví capitulos enteros de esa carrera espacial durante mi niñez y adolescencia. Desde esas Mercury, las Gémini y los Apollo, siguiendo despues con el Skylab, las Venera rusas llegando a Venus, los Telestar y Mariners orbitando la Tierra. La Navidad de 1968 escuché la voz de Frank Borman diciendo que si se los permitían, se atreverían de una vez a alunizar, en el Apollo VIII. El 20 Julio del siguiente año me pasé más de 12 horas frente a la TV en cuanto supe que era inminente que Armstrong y Aldrin pisaran nuestro satélite mientras Collins orbitaba. Apollo XI cumplía su misión y yo estaba más que fascinado de ser testigo de esa parte de la Historia. Mi madre dijo que estaba loco si quería ser astronauta, pues eso era imposible. Yo deseaba ver, con mi criterio de 12 años de edad, que apareciera un anuncio en el periódico pidiendo voluntarios. Les habría dado mi vida.
Cuando la Carrera Espacial llegó a su fin, mi interés por todo lo que significara la exploración del cosmos había crecido, aunque limitados mis alcances por los avatares de una vida llena de carencias, problemas familiares y trabajo sin fin. Pero leí cuanto cayó en mis manos, conseguí libros, fui a ver películas y cuando la TV empezó a retomar el tema vía documemtales, me los bebí todos con un anhelo de conocer más y más. Todo ello persiste en el hombre que soy ahora.
Estando ya aqui en Chile y trabajando en la Radio Antena 9, produje un noticiero llamado "Siglo 21" al que alimentaba de noticias de la ciencia y la tecnología y al que no le faltaban, por obviedad, datos e información acerca de las novedades espaciales. Cuando se convocó al XPrize di la noticia y cada semana informaba acerca de los avances. El noticiero terminó su ciclo, pero no la Historia.
Todo esto, lo comento como mero preámbulo al video que acabo de producir y que en este momento se está subiendo a Youtube. Sirve para poder entender por qué es tan grande mi entusiasmo al tratar de difundir esta clase de cosas. La carrera espacial entre Estados Unidos y Rusia terminó hace mucho. Pero el interés humano en la exploración de la llamada "Última Frontera" ha persistido y qué bueno que así sea. A la larga, creo firmemente que nos permitirá valorarnos a nosotros mismos como género, cuando sea posibe que de una manera masiva podamos contemplar esta esfera azul llamada Planeta Tierra. Y los vestigios de ese acontecimiento se ven ya en el horizonte. Solo es cuestión de un poco más de tiempo.
Siendo un pequeño, este hombre me tomaba en sus brazos y me sentaba en sus rodillas cuando terminábamos de comer y se ponía a contarme lo que acababa de saber: que si los Estados Unidos acababan de lanzar una cápsula Mercury, que si los rusos iban a enviar a la primera mujer al espacio, que Gagarin -el primer hombre en orbitar el planeta- había muerto en un accidente de aviación, que si llegaríamos a la Luna. Yo me quedaba asombrado por lo que el buen tío me narraba y en la mente de ese niño las imágenes danzaban una tras otra.
Viví capitulos enteros de esa carrera espacial durante mi niñez y adolescencia. Desde esas Mercury, las Gémini y los Apollo, siguiendo despues con el Skylab, las Venera rusas llegando a Venus, los Telestar y Mariners orbitando la Tierra. La Navidad de 1968 escuché la voz de Frank Borman diciendo que si se los permitían, se atreverían de una vez a alunizar, en el Apollo VIII. El 20 Julio del siguiente año me pasé más de 12 horas frente a la TV en cuanto supe que era inminente que Armstrong y Aldrin pisaran nuestro satélite mientras Collins orbitaba. Apollo XI cumplía su misión y yo estaba más que fascinado de ser testigo de esa parte de la Historia. Mi madre dijo que estaba loco si quería ser astronauta, pues eso era imposible. Yo deseaba ver, con mi criterio de 12 años de edad, que apareciera un anuncio en el periódico pidiendo voluntarios. Les habría dado mi vida.
Cuando la Carrera Espacial llegó a su fin, mi interés por todo lo que significara la exploración del cosmos había crecido, aunque limitados mis alcances por los avatares de una vida llena de carencias, problemas familiares y trabajo sin fin. Pero leí cuanto cayó en mis manos, conseguí libros, fui a ver películas y cuando la TV empezó a retomar el tema vía documemtales, me los bebí todos con un anhelo de conocer más y más. Todo ello persiste en el hombre que soy ahora.
Estando ya aqui en Chile y trabajando en la Radio Antena 9, produje un noticiero llamado "Siglo 21" al que alimentaba de noticias de la ciencia y la tecnología y al que no le faltaban, por obviedad, datos e información acerca de las novedades espaciales. Cuando se convocó al XPrize di la noticia y cada semana informaba acerca de los avances. El noticiero terminó su ciclo, pero no la Historia.
Todo esto, lo comento como mero preámbulo al video que acabo de producir y que en este momento se está subiendo a Youtube. Sirve para poder entender por qué es tan grande mi entusiasmo al tratar de difundir esta clase de cosas. La carrera espacial entre Estados Unidos y Rusia terminó hace mucho. Pero el interés humano en la exploración de la llamada "Última Frontera" ha persistido y qué bueno que así sea. A la larga, creo firmemente que nos permitirá valorarnos a nosotros mismos como género, cuando sea posibe que de una manera masiva podamos contemplar esta esfera azul llamada Planeta Tierra. Y los vestigios de ese acontecimiento se ven ya en el horizonte. Solo es cuestión de un poco más de tiempo.
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